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28/5/10

MORENO TOTAL

Moreno, el torero total
El diestro cuaja una gran faena y está por encima del resto de su lote; Finito sólo apunta detalles sueltos y se va de vacío

Francisco Javier Domínguez, Córdoba Actualizado 28.05.2010 - 08:03

GANADERÍA: Un toro de Castiblanco para rejones, que fue imposible, y seis de La Palmosilla, la mayoría justos de presencia, aunque desiguales. Dieron un gran juego el segundo y el tercero. Sirvieron el cuarto, que fue incierto, y el primero. El quinto, noble pero sin fuerzas, y el sexto, muy parado al final, descastado.
TOREROS: Finito de Córdoba, dos pinchazos y un descabello (pitos); estocada casi entera tendida caída y trasera y siete descabellos (división de opiniones tras dos avisos) y pinchazo y pinchazo hondo que basta (silencio). José Luis Moreno estocada algo desprendida (dos orejas); pinchazo, pinchazo hondo y dos descabellos (ovación) y pinchazo y estocada (ovación de despedida). José Luis Cañaveral (rejoneador), pinchazo y rejón trasero (ovación). Incidencias: Plaza de toros de Los Califas. Menos de media entrada en tarde agradable pero en la que molestó el viento por momentos. Mano a mano entre toreros cordobeses. José Luis Moreno salió a hombros. En cuadrillas, el banderillero Álvaro Oliver fue atendido en la enfermería de "policontusión y conmoción cerebral", de pronóstico reservado, siendo trasladado posteriormente al Hospital.


José Luis Moreno demostró ayer su torería total. Moreno presentó el arte, Moreno mostró el poder, Moreno se pegó el arrimón. Moreno estuvo cumbre con el toro bueno, resuelto con el complicado y valentísimo con el marmolillo. Moreno es un torero total. Quién lo duda después de lo visto ayer en Los Califas. Ni escalafones, ni ferias, ni cortijos, ni trajes de marca de botones horribles, ni ná de ná. Por encima de todas estas gilipolleces que gastan las figuras de cartón, Moreno tiene su poder muletero como aval y garantía. Que puede fallar a veces, que pincha a veces, pues sí, como todo el mundo. Pero Moreno consiguió ayer torear como los ángeles al primero de su lote con tandas de cuatro y el de pecho limpias, relajadas, reposadas. Fue Julio César derrotando a Pompeyo en Munda. Fue Castaños frente a Murat en Bailén, fue Nelson frente a Villeneuve en Trafalgar. Fue un David frente a quien desde hace tiempo no es Goliat. Por eso la batalla de ayer tuvo más mérito, porque las grandes batallas, cuando se ganan en la misma lid, tienen más recorrido en la historia. Moreno fue total y Finito, parcial. Moreno presentó la energía y Finito, los chispazos. Moreno estuvo enchufado, conectado a la plaza. Finito, sólo intermitente, quizá porque aquella batalla no se la planteó contra Moreno -los manos a mano son duelos entre toreros-, sino contra sí mismo. Es como si Murat se hubiera planteado ver en qué estado estaban sus fuerzas mientras un ejército de paletos le daba flojo y fuerte entre los olivos de Jaén el año que saqueó Córdoba.

A Moreno total no le estorbaba el viento, que soplaba racheado, porque estaba atornillado a la arena cuando se abrió de capa en el primero de su lote, el del lío de arte -precisamos-. Se abrió de capa y consiguió unas meritorias verónicas, despaciosas y ajustadas. El toro peleó bien en varas y se movía en los capotes. El diestro total decidió abrir la caja de los primores por bajo, con la pierna genuflexa y con son. No se dio coba en ningún momento. Fue acabar el inicio de faena y coger la derecha. Desde el principio su labora cogió son y temple, lentitud gusto y empaque. Todo lo que surge cuando se baja la mano y se olvida el cuerpo. Todo lo que surge cuando se pelea y se abandona uno a su suerte. Las dos primeras tandas por el derecho fueron lentas y reposadas y tras un desarme vino una tercera por el mismo pitón en la que el temple del toro y el arte del torero brotaron a raudales. Fibra y calidad. Lentitud, remates atrás. El toreo eterno. Moreno total. Es cierto que en algún muletazo el diestro quedaba descolocado, pero por la pura inercia del toro y por la obsesión de José Luis de rematar siempre crujiendo la cadera.

No hay que confundir esto con el descoloque de los figuras de días anteriores. Recordemos lo que decía el sabio Manzanares: "A veces, para ligar, uno se tiene que descolocar". Luego tomó la izquierda, al natural. Y aquello funcionó y llevó al publico a la vera del torero a vivir lo que allí ocurría. Hubo dos naturales E-NOR-MES. Así de claro. Vino otra gran tanda por el izquierdo y otra más por el derecho de disfrute, con el torero encajado y con la pierna adelantada, cargando la suerte de verdad. Luego lo mató. La espada cayó un punto baja y le cortó las dos orejas. Pero a esas alturas los trofeos ya no importaban. Importaba Moreno total, que siguió siendo él en el segundo de su lote -cuarto de lidia ordinaria-. Porque este segundo dio un juego incierto. Punteaba, tenía las dos primeras arrancas buenas pero luego reponía y se quedaba corto, lo que hizo que el diestro de Dos Torres mostrara su lado más técnico. Estuvo a punto de cogerlo pero el torero se hizo el quite a si mismo desde el suelo con la muleta. Este contratiempo junto a los dos desarmes que sufrió hicieron que la faena tuviera al menos dos partes, entre las cuales hubo muletazos de gran factura por ambos pitones, en la misma línea que en el toro anterior pero sacados con más técnica. Moreno total ganaba la segunda batalla por convencimiento. Pinchó y perdió la que podía haber sido la tercera oreja. Y en el sexto llegó la tercera versión de Moreno total: el arrimón. El último se paró ya de salida y Moreno sólo pudo mostrar su enorme disposición. Porque en esas también hay que estar. Se dejó tocar la taleguilla, expuso su integridad física y hasta robó algún muletazo aislado, sobre todo en los remates de pecho y por bajo. Lo dicho, Moreno total.

Mientras tanto, Finito estuvo parcial. Es cierto que tiene a cierto sector del público en contra, pero es que él tampoco se tapa. Entre que da mítines con los aceros y que sus probaturas se prolongan en exceso, Finito consigue poner a la gente de punta, aunque remate con la capa de lujo. "Está fuera de esto", decía la mayoría. Ayer pudieron haberle dado los tres avisos en su segundo. El tiempo estaba cumplido, y menos mal que el presidente dejó guardado el tercer pañuelo si no a estas alturas podría haber sido hasta el protagonista. Claro que los verdaderos tres avisos se los ha dado ya la afición al torero, que pese a que tiene aún ncondicionales completa una feria más en blanco. Precisamente, con el segundo de los tres avisos no escuchados -el tiempo estaba cumplido, aunque eso ya importa poco-, el torero probó durante más de media faena y sólo conseguía un toreo de entre col y col lechuga. Es decir, probaba con tres y soltaba alguno de mucha enjundia, marca de la casa. Porque en esta faena llena de altibajos ante un toro de nota, Finito consiguió muletazos de impresionante trazo, pero sin ligazón alguna. Es cierto que le molestó el viento y eso le obligó a estar en el tercio. Lo mismo que a Moreno. Es más, lo que mejor puede definir su labor con este buen toro es que en una de las primeras tandas el animal se vino largo por el derecho, Finito pegó un primer muletazo bueno, pero cuando el toro venía para el segundo se quitó del sitio descaradamente.

En su primero, estuvo desconfiado. También por el aire. Puso voluntad, pero ¿hasta dónde? Luego, con la espada, entró dándole la vuelta a Ciudad Jardín, lo mismo que en el segundo de su lote, el quinto de lidia ordinaria. A este toro no lo mostró. Ayer por la noche no sabíamos si fue malo o bueno. Como tenía la fuerza justa lo llevó siempre a media altura, sin compromiso. Y eso nunca cala en el tendido. Qué tenía poca fuerza, pues sí, pero insisto en lo de la crónica de ayer. Con ese toro, este torero, en otro tiempo...

Y por todo esto la gente se rindió a Moreno total en una corrida que fue muy larga, pues fue abierta por el rejoneador Sergio Galán, quien apenas pudo hacer nada con un toro imposible de Castilblanco y se convirtió en un convidado de piedra. Porque Moreno lleva ya van tres años consecutivos ganando la guerra. Y además vuelve el sábado a Los Califas. Muchos van a repetir. Ojalá se dispare la taquilla. No se lo pierdan. Vuelve Moreno, Moreno total.

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